
El municipio madrileño de Torres de la Alameda, situado en el Corredor del Henares, adjudicó a Cotesa el Plan Municipal de Movilidad Urbana Sostenible, cuyo principal objetivo es mejorar la calidad de vida de los vecinos. Para ello, Cotesa ha elaborado un amplio trabajo, en tres fases, además de un estudio energético.
La primera fase del Plan Municipal de Movilidad Urbana Sostenible ha consistido en la realización de un análisis de la situación actual, para conocer la visión de la mayoría de problemas y oportunidades del municipio, así como una primera valoración de la movilidad del municipio. En esta fase se dio comienzo al proceso de participación ciudadana y a los trabajos de campo.
Tras analizar los desarrollos en materia de movilidad llevados a cabo por parte del municipio —como el Plan General de Ordenación Urbana y la red de carriles bici—, se procedió a verificar in situ diferentes aspectos inherentes a la movilidad: análisis socioeconómico, territorial y urbanístico, inventario y análisis viario, movilidad peatonal, movilidad ciclista, inventario y análisis del aparcamiento, inventario y análisis de los establecimientos con necesidad de carga y descarga, inventario y análisis del transporte público, inventario y análisis de la siniestralidad o seguridad vial, accesibilidad universal, centros de actividad, medio ambiente e igualdad de género.
El diagnóstico constituyó la segunda fase de este proyecto, que se nutrió de todos los trabajos y análisis realizados en la fase precedente, más los datos de campo obtenidos: encuestas en transporte público, inventario de paradas, encuesta domiciliaria de movilidad y obtención de la matriz origen-destino, inventario de aparcamientos y situación de los mismos.
Con toda esta información se procedió a obtener un diagnóstico en cada una de las materias objeto de análisis y de especial relevancia para el plan: movilidad del vehículo privado, movilidad peatonal, movilidad ciclista, aparcamiento, movilidad en transporte público, medio ambiente y energía, social, de género…
Para cada uno de estos diagnósticos se procedió a caracterizarlo e indicar las oportunidades y los problemas que se habían detectado.
La tercera fase de este trabajo es la de propuestas; es decir, determinar qué actuaciones debería acometer el municipio —a corto, medio y largo plazo— para mejorar la calidad de vida de los residentes.
Estas actuaciones se clasificaron en las materias objeto de análisis y fueron valoradas temporal y económicamente.
Además, finalmente, también se realizó un análisis energético de lo que supondrá la implantación de tales medidas en el municipio y que impacto tendrán en la mejora medio ambiental.